27 ¿Es que viene esto de orden de mi señor el rey, y no has dado a
conocer a tus siervos quién se sentará después de él en el trono de mi señor
el rey?»
28 El rey David respondió diciendo: «Llamadme a Betsabé.» Entró
ella donde el rey y se quedó ante él.
29 El rey hizo este juramento: «Vive Yahveh que libró mi alma de
toda angustia,
30 que como te juré por Yahveh, Dios de Israel, diciendo: Salomón tu
hijo reinará después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar, así lo
haré hoy mismo.»
31 Se arrodilló Betsabé rostro en tierra, se postró ante el rey y dijo:
«Viva por siempre mi señor el rey David.»
32 Dijo el rey David: «Llamadme al sacerdote Sadoq, al profeta Natán
y a Benaías, hijo de Yehoyadá.» Y entraron a presencia del rey.
33 El rey les dijo: «Tomad con vosotros a los veteranos de vuestro
señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a
Guijón.
34 El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le ungirán allí como rey de
Israel, tocaréis el cuerno y gritaréis: “Viva el rey Salomón.”
35 Subiréis luego detrás de él, y vendrá a sentarse sobre mi trono y él
reinará en mi lugar, porque le pongo como caudillo de Israel y Judá.»